Mis pupilas dilatadas por buscarte…
mis ojos rojos como un vino fresco
mis lágrimas secas de tanto llorarte
y este llanto eterno que no merezco.
Mis brazos huérfanos de tu cuerpo se quedaron
mis oídos sordos a cualquier voz que no fuese la tuya están
mis labios que pronuncian tu nombre, en tu ausencia secos quedaron
la humedad de mi cuerpo quedó inerte porque tus manos ya no lo coquetearan.
De qué sirven mis ojos…
si solo saben llorar.
Para qué mis brazos…
si ya no te puedo acariciar.
Por qué mis labios…
que están resecos y sucios Si no te puedo besar.
solo gritarle tu nombre al viento Y que de mi cuerpo…
que esta pálido e inerte sin saber si me vas a acariciar.
Entonces de que sirve la vida misma si con ella no estás a mi lado para vivirla...
si con tu ausencia cada lágrima formó el mar de mi alma,
es por eso que iré al otro mundo…
porque aquí te busco y no te encuentro.
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